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domingo, 15 de enero de 2017

Aparentes contradicciones en creatividad



Aparentes contradicciones en creatividad


¿Las cosas de muy cerca se ven peor? ¿Contradicción?

Cada vez con más frecuencia, se enumeran y analizan las cualidades del pensamiento creativo, de los niños creativos, de las acciones creativas...
Está de moda, interesantemente de moda, el pensamiento creativo y su aplicación en la educación, las artes, la empresa, la salud...

Lo que ocurre que, como 'creativo', como 'pensador divergente', me gusta darle la vuelta a las cosas a ver qué se ve del otro lado.
Cambiar la perspectiva que ya comenté en mi post anterior.
Acercarme mucho aunque se vea, aparentemente, peor.

Por eso me gustaría plantear una serie de post, aún no sé cuántos, que reflejen aquellas aparentes contradicciones que suponen las habituales características del pensamiento creativo.
Estoy hablando, por ejemplo, del concepto de riesgo, la capacidad de improvisación, la diversión en su doble acepción, la búsqueda de ideas nuevas, el uso del modo de pensamiento lateral, o modo 2...
Todas estas características tienen, o pueden tener, un doblez, según se plantee su aplicación.
Así pues, dejadme que empiece por una de estas características: el riesgo.

1ª Contradicción: Arriesgar sobre seguro
Arriesgar es una característica propia del pensamiento creativo. Si uno no arriesga, no descubre ideas nuevas, no hace asociaciones inesperadas, no se encuentra con situaciones inhabituales...
Sin embargo, quienes hayáis trabajado conmigo o leído mis escritos, sabréis que siempre he defendido la idea de no arrojarse sin red. De salirnos de nuestro círculo, lo que ahora se viene a llamar 'zona de confort', con un asa de seguridad, con un arnés, o con alguien que nos sujete desde un lugar seguro.
Habrá quien diga: ¿Cómo se puede ser creativo, siendo arriesgado y, a la vez, agarrarse a un lugar seguro?
Es nuestra primera aparente contradicción.
E insisto en lo de aparente.
Lo de arriesgar no significa suicidarse, olvidarse de todo, no utilizar nada de lo aprendido, de lo adquirido, de lo alguna vez utilizado o experimentado.
Arriesgar implica buscar nuevas opciones sin olvidarse de lo ya asegurado y comprobado.
Podríamos definirlo con la técnica de utilizar la negación de su contrario.
Es decir, aquél que no arriesga, simplemente utiliza lo que ya tiene a mano, lo ya probado y comprobado, y lo usa sabiendo cómo usarlo y con qué objetivo.
El pensamiento creativo busca elementos que no se tienen a mano, o propuestas no comprobadas, o usos novedosos o desconocidos para quien lo va a implementar o, simplemente, sin fijar un objetivo concreto al que apuntar.
Arriesgar es tener en cuenta alguno de estos aspectos... Pero y además, no necesariamente TODOS!!!
Porque si alguien pretendiera utilizar elementos que habitualmente no se tienen a mano, sin conocer su reacción o uso, sin idea del cómo ni el para qué... Solo la casualidad dará algún resultado... Pero y además, la casualidad no es creativa... En todo caso, la causalidad...
Por tanto, insisto en que para ser creativos hay que arriesgar, aunque de modo seguro.

Y diréis... ¿Y por qué no hacer alguna locura de vez en cuando, y saltar al vacío, sabiendo que las cicatrices tienen cura, y que solo los locos ven el mundo de una manera invisible a los demás?

Me parece precioso. Pero y además, no lo llames pensamiento creativo. Llámalo locura transitoria y espera a que la casualidad sople a favor.

Claro que hay que arriesgar. Uno no puede pasarse su vida, ni su trabajo, haciendo siempre las mismas cosas.
Claro que asomarse a rincones ignotos u objetivos aparentemente inalcanzables, es lo que hace que la humanidad y su maravillosa capacidad de crecimiento, avance sin parar.
Claro que uno no puede esperar a que las ideas surjan de hacer siempre lo mismo de las misma forma con las mismas ideas y objetivos.

Lo que sucede que tampoco podemos despreciar, sin más, todo aquello que ya hayamos consolidado y nos ayude a tomar impulso, asegurar lo que probamos, o apoyar las nuevas vías de búsqueda.

Es maravilloso salir corriendo con los ojos cerrados... Sabiendo que hay alguien al otro extremo de la sala que va a sujetarte y a parar tu carrera.
Ya es un enorme riesgo confiar en esos brazos para sujetar tu carrera a ciegas.
Lo que sería locura, y no riesgo, sería salir corriendo sin saber si hay alguien al otro lado.

Piensa en eso.
Piensa en que hay que arriesgar.
De vez en cuando, hay que ir incluso en contra de nuestras propias convicciones.
De vez en cuando, hay que saltar al vacío.
De vez en cuando, hay que olvidarse de todo aquello que ha sido lo que nos ha rodeado hasta este momento.
De vez en cuando, alguna vez, hay que pensar que lo que no hemos querido intentar hasta ahora, merece la pena intentarlo.

Eso sí... Asegúrate... Hay brazos al otro lado de la sala!!!

Entre otros, los míos, si te hacen falta, porque... NO ME CANSO!!!

Y… ya!!!

We are searching our utopia in a continuous present continuous!!!!!

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Fernando Bercebal · momento Devising Consultor · Pedagogo Teatral
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