Bienvenida · Welcoming

domingo, 16 de noviembre de 2014

Estar preparados!!!

Estar preparados!!!




Preparado… SIEMPRE!!!

Hace unos días tuve que impartir una sesión dentro de un curso para directores noveles, en torno al liderazgo y la gestión de centros educativos.
Tuve noticia de que debía preparar esa sesión con 24 horas de margen y sin haber sabido antes de tal curso.
Y he de decir, por los comentarios finales, que no salió nada mal y no pareció en absoluto que pudiera estar improvisado o que fuera el resultado de una ocurrencia repentina.
Destaco un comentario al final de la sesión que fue algo así como…
‘Parece mentira! Lo que has preparado en 24 horas y totalmente enfocado a las necesidades y perfiles de los alumnos…!!!’
Y antes de poder responder, alguien que me conoce ya un poco, tras más de un año colaborando en distintos proyectos, comentó en voz alta…
‘No han sido 24 horas… son más de 20 años!!!’

Sí. No quería traer a colación el suceso ni por hacerte pensar a ti, lector, que pueda tener una gran capacidad de improvisación o no, ni por hacer ningún comentario sobre las necesidades que surgen de repente y que hay que afrontar con riesgo por parte de quien organiza y por parte de quien participa… Sino por lo de los 20 años…

La clave sobre la que quiero reflexionar es el hecho de estar preparados!!!

En el mismo encuentro, un par de horas antes, alguien me dijo que es muy difícil intentar ser creativo en un entorno que no te genere confianza y en el que estés incómodo.
Y yo, sin saber obviamente lo que iba a suceder dos horas después y lo que se iba a comentar, aseguré que la creatividad, o la intención o el interés de ser creativo, no se basa en el entorno, sino en tu intención y tu interés personal por intentarlo.
Es posible que no puedas llevarlo a término. Ahí sí que es determinante el entorno, los compañeros, el ambiente, incluso el espacio y los objetos que te condicionen…
Sin embargo, lo que sería imperdonable es que, de repente, surgiera la oportunidad y tú no estuvieras preparado.

Esa es la clave.
Estar preparados!!!

Hay muchas veces que no estamos seguros de que lo que estamos haciendo en ese momento nos vaya a servir para algo, sin embargo, hay algo en nuestro interior que nos anima a estudiar aquello, a practicar esto o a investigar esotro.
Hay otras que creemos estar sobre la pista de nuestra mejor formación o experiencia, y nos sentimos frustrados cuando, tras un tiempo dedicado a un objetivo concreto nos damos cuenta de que todo nuestro esfuerzo, en ese momento, se convierte en baldío.

Pues en ambos casos, deberíamos centrarnos en el hecho de que todo, absolutamente todo lo que hagamos, intentemos, aprendamos, practiquemos o experimentemos y en lo que pongamos nuestro interés y nuestras ganas, será siempre, y digo siempre, útil en algún momento.
Si esa utilidad es inmediata, la sensación de un trabajo bien hecho será aparentemente insuperable…
Sin embargo, si tras haberos formado o practicado sobre un tema concreto durante tiempo, os dais cuenta de que no tiene utilidad inmediata en vuestras vidas… No lo abandonéis, ni lo arrojéis por la borda.
Quién sabe si, algún día, al doblar una esquina, no aparece alguien o algo que os exija esas cualidades o conocimientos que en su día descubristeis o alguien descubrió en vosotros.
Os aseguro que, si estáis preparados, la satisfacción será aún mayor!!!

En la vida, hay intentos, esfuerzos, empeños que, a la luz del día parecen vanos, incoherente, fútiles…
Intentar localizar el teléfono de aquél de quien hace muchos años que no tienes noticias…
Salir corriendo detrás de un coche para que pare por algún motivo…
Insistir en algo o alguien que tú mismo tildas de imposible, inalcanzable…

Pues, qué quieres, no sé si será por mi apodo de ‘Optimistoide’, por mi mantra de ‘No me canso!’ o porque no es la primera vez que mis 20 años de algo me han salvado de las 24 horas de otro algo, yo…
Buscaré el teléfono por activa y por pasiva hasta localizarlo!!!
Seguiré corriendo por si el siguiente semáforo rojo o un atasco hace pararse al coche y puedo, al fin, alcanzarlo!!!
E insistiré, una y otra vez, a fuer de ser considerado ‘pesaíto’, cuando crea que esa insistencia tiene la mejor recompensa del mundo!!!

Espero vuestras opiniones…

Y no me canso.

We are searching our utopia in a continuous present continuous!!!!!

Os espero…

En algún lugar, hacia alguna parte…

SIEMPRE!!!



Fernando Bercebal · momento Devising Consultor · Pedagogo Teatral
Puedes compartir los contenidos de este post con todas las personas a las que creas que pueda interesarle. 
fbercebal@naque.es

lunes, 3 de noviembre de 2014

Somos… podemos ser… debemos ser… neutrales?

Somos… podemos ser… debemos ser… neutrales?

NEUTRAL???

En cualquier acto creativo, expresivo, nos podemos plantear la cuestión que titula la entrada de hoy.
Podemos decir una frase sin más intención que la meramente declarativa.
Podemos hacer un gesto con el exclusivo afán informativo para nuestro interlocutor.
Podemos narrar sin intervenir en el devenir del lector, ni del escuchante ni, tal vez siquiera, de los personajes y las acciones narradas…
Podemos???

Sí, puede parecer que me aprovecho lingüísticamente de la magnitud de esta forma verbal… Nada más lejos. Quiero ser neutral!!!

NEUTRAL???

¿Se puede ser neutral cuando expresamos, cuando creamos, cuando aprendemos y enseñamos?

Y, una pregunta previa… ¿Qué es ser neutral?

Para ser fiel a mi, a menudo, provocador planteamiento de las cosas, diré que la neutralidad en expresión y creatividad, NO EXISTE.

El hecho de plantearnos la neutralidad al expresar algo, ya nos está haciendo cómplices de un hecho… la neutralidad.

Habrá quien se plantee que, ser neutral en expresión y creatividad, supone no implicarse en posicionamientos que influyan en la forma de hacer o pensar de los interlocutores.
Hacer dejando hacer.
Expresarse, dejando expresarse a los demás, sin intención de influir en sus formas y fondos.

Sin embargo no hay nada más elocuente que un ejemplo técnico y teatral, para darnos cuenta de la imposibilidad de la neutralidad tal y como se plantea.

Imaginemos el planteamiento de una iluminación ‘neutra’ (que no deja de ser una forma de expresión).
Utilizamos una luz blanca sin filtrar. Eso es ¿neutral? Tamaña iluminación puede hacer que el público pierda la intensidad de las expresiones, incluso el maquillaje, con lo que estaremos influyendo en el lenguaje que otros lanzan a terceros.
Ante este pero, filtramos ligeramente la luz con un ligero ámbar para que la blancura excesiva no dañe la expresividad de los rostros.
Pero este ámbar distorsiona el color de algunas telas y las amarillea, o las tiñe de un naranja que a los azules los mancha de colores impropios, por dar un ejemplo.

El iluminador suda y ya no sabe qué hacer para no influir en lo que proponen el resto de lenguajes escénicos.

No podemos pues, ser neutrales cuando expresamos.
Nuestra forma de ser y actuar, de hacer y decir, condiciona todo y a todos a los que nos dirigimos.
No es lo mismo decir una frase dulce, que la misma de forma arisca.
No da igual hacer algo a la altura de los ojos de tu interlocutor, que desde una tarima o desde tres metros de altura.
No transmitimos igual con toda la potencia de nuestra voz que aquejados de una afonía o una congestión.
No decimos lo mismo mirando a los ojos que mirando al suelo, al techo o, intentando ser neutral… a ningún sitio concreto.

Lo siento para los que pretenden ser neutrales.
Cuando uno ‘ex-presa’, saca ‘un algo’ de sí mismo con el que pretende transmitir ‘otro algo’. Y ya no le vale ‘otro algo distinto’ a lo que pretende. La elección está hecha incluso antes de empezar a expresar.

Es más. Cuando uno trata de enseñar, de motivar, de dirigir a cada participante, alumno o compañero de creación, hacia su propia expresión significativa, incluso ahí, intentamos ser neutrales sabiendo que quienes nos escuchan han tenido tres posibilidades para estar ahí… O les han obligado o nos han elegido o ha surgido una casualidad.
Si les han obligado, buscamos convencerles para que se queden.
Si es una casualidad, nos regocijamos manteniéndola.
Si nos han elegido, normalmente es porque saben por dónde vamos a ir.
No quieren nuestra ‘neutralidad’. Quieren nuestra personalidad, nuestras convicciones, nuestros arneses para tirarse más allá de los límites de sus círculos sabiendo que hay alguien que le sujeta.

Otra diatriba sería plantearse si debemos ser lo más neutrales posible… Pero y además, quizás ya estaríamos hablando no de lo que expresamos sino de cómo queremos que nuestros alumnos, participantes o compañeros se expresen a su vez.
¿Somos directivos?
¿Defendemos la inacción?
¿Somos proactivos?
¿Somos motivadores, proselitistas, dictatoriales, energizantes, liberadores…?

En cualquier caso no somos, ni podemos ni creo que debamos ser neutrales.

Somos quienes somos y si realmente creemos en la expresión y la creatividad, una de sus máximas es la libertad.
Y para ser libres expresando debemos conocer el máximo posible de herramientas, opciones, ideas, tendencias, intensidades, modalidades… Sí. Para ser libres necesitamos todo eso para poder elegir la opción que a cada uno nos haga sentir más identificados con nosotros mismos.

Y esa convicción, llevada  a la práctica, ya nos ha convertido en una opción, no en una neutralidad.

Para acabar, dejadme contaros una pequeña narración ‘neutral’.

Había un caballero enamorado de una princesa, con unos ideales nada propios del Medievo.
Estaba convencido de que nada en el mundo debía obligar a una mujer, por muy princesa que fuera, a tomar un camino impuesto por otros.
Por eso nunca intentó imponer su criterio, ni siquiera su mayor fuerza, ni su posición como varón, ante la propia princesa y, por ese motivo, optó por que ella misma decidiera su destino.
No se acercaba a ella si ella no lo hacía antes.
Nunca la escribió hasta que ella comenzó a hacerlo.
Sólo la sonreía cuando ella le sonreía, devolviéndole su sonrisa multiplicada por mil.

Así pasaron los días, las semanas, incluso las estaciones, sin que él diera un paso que no hubiera provocado antes ella.
Por aquel entonces aún no sabían que ese comportamiento llegara a ser considerado de caballeros en nuestros días… de esos que no quedan ya!!!
Intentó ser lo más neutral posible para no condicionar la decisión de la princesa cuando su padre, el rey, quiso desposarla…
¿Realmente lo fue?
¿O su actitud elegida fue ya una forma de no ser neutral al demostrarle a la princesa de lo que era capaz?

Y ella… ¿Qué hizo ella?
¿Eligió al caballero por su caballerosidad?
¿Lo rechazó por su falta de iniciativa?
¿Lo amó en secreto durante toda su vida a pesar de que eligiera a otro ya que él no presentó candidatura?

Os pido  que me deis una respuesta…
Quiero ser neutral para no tergiversar lo que digáis y no condicionar lo que elijáis.

¿O ya os he condicionado con lo que he escrito?

La actitud es una elección.
Cada propuesta en un taller expresivo, en una clase, en un trabajo, en la vida, es una opción que desintegra la neutralidad.

Tu expresión, en definitiva, anula toda neutralidad… o no?!!!
Espero vuestras opiniones…

Y no me canso.


We are searching our utopia in a continuous present continuous!!!!!

Os espero…

En algún lugar, hacia alguna parte…

SIEMPRE!!!



Fernando Bercebal · momento Devising Consultor · Pedagogo Teatral
Puedes compartir los contenidos de este post con todas las personas a las que creas que pueda interesarle. 
fbercebal@naque.es